AUTOR: Maurice Nicoll

pág 257 del libro: COMENTARIOS PSICOLÓGICOS SOBRE LAS ENSEÑANZAS DE GURDJIEFF Y OUSPENSKY VOLUMEN I

A veces se ha comparado este trabajo con un mapa y una brújula. A un hombre se le entregan un mapa y una brújula, cuya utilidad al comienzo no entiende.

Al cabo de un tiempo empieza a entender una o dos cosas, como, por ejemplo, que la Personalidad debe ser menos activa. Ya saben que todo cuanto se hace mediante la Personalidad se hace mediante la fuerza de las circunstancias externas. Uno cree que es activo, pero esta es la Personalidad. Si sólo la vida nos hace obrar, no somos libres. Las circunstancias externas hacen a los hombres grandes y pequeños. Las circunstancias externas conducen a los hombres, como si fueran diferentes clases de máquinas, y los llevan en una dirección o en otra. Pero las direcciones que dan el mapa y la brújula del Trabajo no derivan de las circunstancias externas porque el Trabajo es otra fuerza que proviene, no de la vida, sino de lo que es exterior a la vida; las ideas del Trabajo no son nuevas direcciones para la vida sino nuevas direcciones para vivir en la vida.

…. Ahora bien, al llegar a este punto, la gente dice muchas veces: «Si, pero el Trabajo enseña que el Hombre carece de voluntad, entonces ¿puede cambiar alguna cosa?» El Trabajo dice que el Hombre no tiene una verdadera voluntad permanente porque no tiene un verdadero «Yo» permanente. Pero dice que el Hombre tiene un reducido grado de voluntad, comparable al grado de libertad de movimiento de un violín en su estuche. Pero que todo dependerá de la dirección que dé al empleo de la pequeña voluntad que tiene naturalmente. Si nunca la emplea en conexión con las direcciones dadas por el Trabajo, su voluntad no se desarrollará más.