por Jose Ma | Sep 30, 2023 | autoconocimiento, películas
Sophie hace un viaje a los páramos en busca de respuestas a su encantamiento, o como pasa a muchos de los que iniciamos un camino de autodescubrimiento y autoconocimiento, a un lugar de estudio y aprendizaje interior, como en una Escuela, buscando soluciones a los encantamientos de la vida mecánica. Su centro magnético la guía hasta el castillo ambulante, el lugar donde tiene la posibilidad de escapar, de crecer, de despertar al embrujo.
La inmensa mayoría estamos dormidos, presos de un encantamiento, poseídos por una falsa personalidad y embrujados por la vida mecánica, como la gran hechicera que quiere someter a todos los magos para tener el control sobre la vida orgánica sobre la tierra. Como en la alegoría que narra Ouspensky, donde las ovejas son hipnotizadas por el dueño de la granja para que no escaparan de su prisión. Esta prisión o falso traje que llevamos a cuesta puede tomar diferentes formas en nuestra vida cotidiana como fantasías, identificaciones, amor de sí, etc.
Dentro del castillo ambulante, como Escuela que está en constante movimiento y evolución, podemos encontrar las puertas creadas con consciencia, donde tener nuevas vistas de nosotros y de nuestro entorno, encontrar ese jardín secreto, un espacio de paz y recogimiento que está en nosotros, como la llama Cálcifer que da energía al castillo y lo mantiene activo. Es la llama interior de ánima que puede crecer con nuevos conocimientos y experiencias.
Howl, como guía y ser más consciente y con la ayuda de Cálcifer su parte anímica, puede dirigir y proteger el castillo, es decir la Escuela y las enseñanzas de las influencias de la vida mecánica, de las guerras, del mundo 96. Howl, Cálcifer, Sophie, el castillo ambulante y todos los que viven dentro son un solo ser, un todo integrado. Los cambios en uno afectan a los otros.
El castillo, como los personajes se van desprendiendo de partes de sí a medida que van avanzando en su desarrollo, van despertando, una parte de ellos muere, se despojan de partes que ya no sirven y dejan lugar para que nazca algo nuevo, un nuevo ser, un nuevo hogar, como el nuevo castillo, más bello y que ahora puede volar, está a otro nivel de evolución. Se ha liberado de sus demonios interiores.
Sophie es la energía femenina transformadora que limpia y purifica todo a su alrededor, empezando por ella misma, el castillo, a Howl, el espantapájaros, incluso el ambiente hostil entre reinos. La búsqueda de su cura la lleva a descubrir sus capacidades para poder curar a los demás. En una escena dice Sophie: “yo nunca había visto el mar”. El encuentro con el mago Howl y con la bruja del Páramo es el inicio de un viaje por lugares totalmente mágicos desconocidos para ella, lejos de su vida aburrida en la sombrerería.
La imagen de Sophie y la bruja del Páramo subiendo las escaleras del castillo me pareció una metáfora del crecimiento interior, del esfuerzo a cada paso, del sufrimiento consciente y me recordó a otras películas como Kunfú Panda o Rocky, el boxeador que terminaba su entrenamiento subiendo unas escaleras en la ciudad de Philadelfia.
por Jose Ma | Sep 24, 2023 | autoconocimiento, películas
El personaje de Kirikú, pequeñito, sin ropa, sencillo, con una sabiduría innata, me recordó a la parte anímica del ser, que llega para adquirir conocimientos y experiencias, ya sea en la aldea y sus habitantes o en la vida de cada una de las personas. Me parece que personifica también la figura del maestro o guía con iniciativa y fuerte voluntad para crecer dentro de la adversidad que nos presenta la vida. Reinventarse y encontrar soluciones a cada dificultad que se presenta, sin animosidad, sin juicios y sin importancia de sí, como el hombre ladino que describe el trabajo.
Como decía Claudio, instructor de cuarto camino, es el “quiero querer” y hacer aquello que nos enriquece y beneficia en nuestro crecimiento interior. Como en la película, encontrar la flor que nos cure dentro de nuestros conflictos internos, nuestras luchas particulares, que envenenan nuestra vida. Como en la medicina muchas veces la cura se encuentra dentro del mismo veneno.
En el mismo lugar donde crece la flor venenosa, crece la flor que cura. Es en el mismo terreno, el mismo suelo donde pueden convivir las distintas flores, la elección de la semilla y su cuidado depende de nosotros. Kirikú tiene que ir al lugar más peligroso, al origen del mal para encontrar el remedio sanador. Me hizo acordar de la película “el señor de los anillos” cuando Sam y Frodo tienen que ir al lugar más tenebroso, al infierno de Mordor, para destruir el anillo que envenena y corrompe al portador. En el lugar donde se originó, en el monte del destino, en el volcán. Algo similar cuando descubrimos que el origen de nuestros conflictos está en nosotros y no en las cosas externas.
Para llegar hasta la flor y encontrar los conocimientos, y enseñanzas que podamos masticar y con ellos disolver el veneno de nuestro sufrimiento, Kirikú, como ánima ha de disfrazarse de fetiche, y construirse una personalidad, una máquina que le permita moverse con facilidad con el resto de máquinas humanas y habiendo crecido en conciencia y comprensión volver más tarde a su hogar de origen.
Los fetiches, son los más mecánicos, más dormidos, actúan sin voluntad propia.
El viaje sobre la jirafa me pareció como un símbolo de alcanzar un nivel de ser más elevado, tener otra visión de las cosas, como se dice en la película descubrir un bello jardín secreto, lugares hasta entonces desconocidos. Desde la conciencia, desde lo alto de la jirafa, tener una visión más amplia de las cosas, llegar a integrarlas y tener una vida con más equilibrio y armonía.
por Jose Ma | Sep 17, 2023 | autoconocimiento, películas
Podemos considerar todos los monstruos de la película como los yoes que habitan en nuestra fábrica, en nuestra casa psicológica, que no quieren que despertemos y mantenernos alejados de nuestra parte esencial, los niños que son asustados. Pero hay otros yoes más conscientes que sí quieren descubrir al niño interior que llevamos dentro, como Sullivan y ojitos saltones y buscan los medios para estar cerca de la esencia, cuidarla y alimentarla.
Sullivan es más emocional y actúa por impulso, con una fuerte voluntad y arrojo en su propósito.
Ojitos saltones es más intelectual, analizando con prudencia todos los pasos antes de actuar. Juntos forman un equipo de trabajo adecuado para rescatar a la niña o la esencia del poder de la máquina y que pueda formar parte también de la fábrica humana.
La niña Boo, como esencia, logra vencer el miedo a los monstruos o yoes y puede convivir en su cuarto y en la fábrica con la posibilidad de crecer y enriquecerse a través de la experiencia.
Toma conciencia del miedo y el engaño que hay dentro del armario de su cuarto (su inconsciente) y la verdadera naturaleza de los monstruos. Sería como un cambio en la forma de pensar, un cambio de actitud ante nuestros monstruos interiores. Como una metanoia.
Todos tenemos dentro de nuestra casa psicológica un armario donde guardamos nuestros monstruos particulares, aquello que rechazamos y no aceptamos de nosotros, nuestro lado inconsciente y de tanto en tanto asoma la cabeza para recordarnos que todavía está activo.
El reencuentro con nuestra parte esencial necesita los conocimientos, el estudio y el trabajo sobre sí para que pueda ser posible. Ojitos saltones le dice a Sullivan: “ya sabes que sólo funciona (la puerta), si tienes todos los trozos”, es decir, es necesario tener los conocimientos, más trocitos de comprensión que nos lleven hasta nuestra esencia, hasta Boo.
Las puertas variadas en colores y diseño, me parecieron diferentes elecciones, opciones o posibilidades en nuestra vida y no hay dos iguales, son todas diferentes. Las distintas experiencias que hace nuestra esencia.
Al final los yoes cambian su forma de trabajar porque los más conscientes, Sullivan y ojitos saltones toman conciencia del mal funcionamiento de la máquina y ahora obtienen su energía con nuevos hábitos, con risas y buen humor. El vínculo entre la esencia y la personalidad es más constructivo y mejora el funcionamiento general de la fábrica.
por Jose Ma | Sep 9, 2023 | autoconocimiento, películas
Como indica el título de la película, el batallón de limpieza podrían ser la avanzadilla de los yoes que quieren trabajar para despertar el planeta tierra, localizar los desperdicios y encontrar bajo las montañas de escombros, pequeños tesoros que nos den pistas de su verdadera naturaleza. Es como una analogía de la situación actual de la humanidad, atrapada bajo la red de la Matrix, incapaces de ver más allá de lo impuesto por la mecanicidad del sistema. A nivel del hombre sacar brillo a la máquina humana para que el niño que llevamos dentro pueda hacer experiencia en la vida que cada uno de nosotros tenemos.
Wall-e, dentro del mundo de los robots es como la persona con centro magnético, que ve más allá de las apariencias, no cree en la vida tal como es actualmente, pero como el buen amo de casa cumple con sus tareas de vida mecánica y aprovecha las condiciones actuales para desarrollar su interioridad.
Wall-e, es como el Espartaco de los robots, un rebelde anímico que como Pinocho quiere ser humano, sentir, experimentar la vida a través de las pequeñas cosas que la forman: el contacto directo, bailar, jugar, descubrir lo nuevo, investigar, etc…
El estado del planeta tierra que refleja la película vendría a ser el estado actual de la máquina humana; un paisaje lleno de basura emocional y mental, sin una vida real donde proyectar algo real en nosotros que venga de nuestra interioridad. Necesitamos el batallón de limpieza para sacar los escombros (emociones negativas, identificaciones, yoes negativos, actitudes negativas, etc.) y crear un terreno fértil donde pueda crecer la planta y habitar un nuevo hogar psicológico. Un nuevo planeta, un nuevo hombre que pueda hacer.
El Trabajo de Escuela puede crear las condiciones para que los yoes que quieren trabajar y salir del sueño puedan crecer y limpiar poco a poco la maquinaria humana.
Hay frases de los protagonistas que expresan este deseo: “podemos volver a casa por primera vez”, “La tierra es increíble para experimentar”, “¿dónde está el cielo azul, la hierba?”.
Pero la máquina se resiste al cambio y quiere que sigamos por debajo de nuestras posibilidades, con nuestras capacidades innatas atrofiadas por falta de uso. Como en la película la nueva humanidad ha ido perdiendo sus funciones básicas y absorbida por las comodidades y el placer sensorial, se han ido alejando de su verdadera naturaleza, transformándose en seres frágiles, débiles, fácilmente moldeables por las influencias externas.
por Jose Ma | Sep 2, 2023 | autoconocimiento, películas
Aquí nos muestra un reflejo del funcionamiento de una parte de la psicología de la máquina, centrándose en el centro emocional y como vamos llenando los vagones de nuestra locomotora, la máquina, con emociones negativas a medida que pasan los años.
Alegría, que podría ser la parte esencial, quiere ser el conductor del tren, de la niña, que a medida que se va desplazando por las diferentes vías de la vida y va visitando diferentes ciudades, a veces desagradables, van apareciendo nuevos compañeros de viaje que se hacen con el control de la locomotora, de la máquina. La ira, el miedo, la tristeza, nos llevan por caminos equivocados y nos hacen gastar más combustible de lo normal. El tren circula sin rumbo definido y a trompicones. Los vagones con los recuerdos familiares, amistades, emociones positivas se van descolgando, quedan apartados, alejados, y cambiamos de recorrido con un paisaje más gris y desagradable.
Observar las emociones y yoes negativos como propone el trabajo puede ser el primer paso para que la esencia pueda volver a estar en la cabina de la locomotora y dirigir el tren de nuevo por un recorrido más consciente, con otro paisaje más luminoso y colorido.
Nuestro mayor enemigo para llevar una vida feliz está en nosotros, pero no somos nosotros, le hemos dado cobijo en nuestra casa psicológica. Las emociones negativas han tomado el poder y son dueñas de nuestras decisiones equivocadas y recurrentes. Se han quedado como inquilinos haciéndonos creer que son necesarias para nuestra vida ordinaria.
Las islas de la familia, la amistad, la sinceridad, etc, me pareció el conjunto de experiencias acumuladas en nuestra vida y que quedan grabadas en nuestro ser, como un álbum donde agrupamos las mejores fotos con las mejores impresiones.
Una de las escenas que más me emocionó, es cuando Alegría y el amigo imaginario de Riley, Bing Bong, están atrapados abajo en el vertedero, sin saber cómo salir y Alegría tiene la idea de coger el cohete como vehículo, como la enseñanza en el trabajo, el medio que nos permite salir, escapar de la oscuridad del sueño, hasta elevarnos a la luz del despertar, a otro nivel de conciencia, dejando atrás el lastre de lo que ya no es necesario, sacrificando el amigo imaginario, que abandona el cohete para que Alegría pueda llegar a la cima.
“si tú quieres despegar ¡Bing Bong!¡Bing Bong!, al cohete has de cantar ¡Bing!¡Bong!¡Bing!¡Bong!. Y la versión de Escuela: “si tú quieres despertar ¡Bing!¡Bong! ¡Bing!¡Bong!, el Trabajo has de aplicar, “Bing!¡Bong! ¡Bing!¡Bong! ¡Bing!¡Bong!.
Como en la vida cuando hacemos el Trabajo, Alegría aprovecha todos los recursos que tiene en sus manos, las condiciones que tiene, las herramientas a su disposición, ser el buen amo de casa con la vida que tenemos, aprender a cada paso, para llegar a la central y tomar el control de la máquina, de su psicología.