Los guardianes cuidan en todo momento de la felicidad de los niños, a través de sostener un mundo de fantasía creado por el inconsciente colectivo, con eventos de la vida mecánica como la Navidad, la Pascua o los regalos por la caída de un diente.
Los guardianes me parecieron los yoes más mecánicos, más dormidos, que buscan un alimento, un regalo para la esencia, para nuestro niño interior en cosas externas, pasajeras, irreales, que no llevan a una felicidad duradera. Cuando aparece la sombra, los problemas en forma de miedos, inseguridades, ignorancia, oscuridad, todo este mundo de fantasía se viene abajo con facilidad y dejamos de creer en nosotros mismos, dejando al descubierto todos nuestros conflictos, porque habíamos depositado el poder afuera.
Llega un momento en que estos yoes, los guardianes, toman conciencia de las verdaderas necesidades de los niños, de la esencia, cuando descubren que lo que hasta ahora habían estado haciendo de manera mecánica, lo único que sabían hacer, ya no servía como alimento interno y no alejaba a la sombra.
Cuando realmente conocen por comprensión que lo que la niña más pequeñita quería era la experiencia del tiempo compartido y la felicidad de interactuar con los guardianes más que los objetos y regalos por sí solos, éstos yoes, los guardianes, se vuelven más conscientes, cambian de actitud, forman como un grupo de yoes más despiertos, o mayordomo delegado y junto a la esencia, los niños toman el poder para hacer frente a la sombra, pero ahora desde otro lugar, desde la fuerza de la comprensión y el conocimiento. Seguramente no podemos cambiar a la sombra: los problemas, las dificultades, a las personas, pero podemos cambiar nuestra actitud hacia ellas, verlas desde otro punto de vista y usarlas como herramientas para crecer interiormente. Transformar nuestro ser para cambiar nuestra vida.
Descubren que el verdadero regalo está dentro de cada uno de nosotros. Los niños pueden sentir el poder que llevan en su interior y vencer a sus miedos.
Me llamó la atención un comentario de uno de los guardianes cuando dice: “los niños son lo único que tenemos, todo lo que somos, y todo lo que siempre seremos”. Estos niños como metáfora de nuestra parte esencial.