por Jose Ma | Feb 24, 2024 | autoconocimiento, películas
El caballero verde me pareció la versión más evolucionada del protagonista: el caballero Gawain, creada a través de su propia esencia, personificada en la figura de su madre, la hechicera, hermana del rey y que aparece con el propósito de iniciar una transformación en la vida de su hijo, en su actitud, en su forma de pensar. Quizás por eso toma como simbología recurrente el hecho de cortar la cabeza, cortar con la vieja manera de pensar. El hacha como instrumento, como simbología del conocimiento, de la enseñanza, que su yo más despierto le deja para que lo acompañe en el camino. El caballero verde después de sacrificar su propia cabeza, le muestra que es posible un cambio de mentalidad; pero primero hay que abandonar lo que ya no es necesario, cortar las cadenas que nos tienen amarrados a la vieja psicología
Hasta llegar al encuentro con su yo más despierto, su cita en la capilla con el caballero verde, tiene que hacer un viaje de autoconocimiento en el que empieza a desprenderse de los artificios de la vida, de lo falso que lleva incorporado. Sale del Castillo como lugar representativo de la vida mecánica, con todo el equipaje material acumulado hasta ahora, armadura, espada, caballo, dinero, etc., y también todo el equipaje mental y emocional, pero durante el recorrido va perdiendo de manera mecánica, inconsciente parte del equipamiento psicológico y material del pasado; le suceden situaciones donde va soltando lastre, empieza a conectar más con su interioridad, con sus emociones ocultas. Su armadura psicológica va cambiando.
Todo se inicia el día de Navidad como un día arquetípico de un nuevo comienzo en la humanidad con el nacimiento de Cristo y que es un nuevo comienzo en la vida del protagonista, como si fuera un inicio en su revolución solar. Tiene un año para prepararse, pero no aprovecha la oportunidad.
Hay personajes y animales como el zorro que parecen representar los yoes que no quieren cambiar y que hacen lo posible para que todo siga como hasta ahora.
En el último instante, justo antes de sacrificar su cabeza, su vieja personalidad, no puede dar el paso, el cinturón embrujado que le habían regalado como protección, sus yoes más mecánicos no permiten el cambio, quieren que todo siga igual, pero el caballero, el protagonista se recuerda a sí mismo, y ve cómo sería su vida tal cual es ahora, muerto en vida y se despoja del cinturón que lo ataba a su vieja psicología. Y se dice a sí mismo y a su yo más esencial: “ya estoy listo”. Ahora el nuevo vino puede ser vertido en nuevos odres. El nuevo conocimiento puede llevar a un cambio de ser.
por Jose Ma | Feb 17, 2024 | autoconocimiento, películas
Este cristal mágico fragmentado que en esta historia podría simbolizar una parte de la conciencia es una analogía de la división interna en nuestra psicología.
Esas dos partes que viven en nosotros, pero separadas, una luminosa, consciente como los personajes de los místicos y otra oscura y oculta como estos personajes con cara de buitre que habitan escondidos en una fortaleza construida donde no alcanza la luz.
En nuestra vida actual vivimos dentro de ese castillo formado por nuestras emociones negativas, identificaciones, fantasías, yoes, etc., con unos fuertes muros y una estructura psicológica que oculta nuestra verdadera naturaleza, ese cristal brillante de nuestra esencia que está oscurecido por el reflejo de las sombras externas, pero que si se purifica y se limpia con un trabajo consciente brillará como el sol del mediodía.
Estos personajes oscuros con forma de buitre se nutren de la energía externa, no tienen energía propia por la negatividad y violencia que vive en ellos. Son parásitos del entorno, de la energía de otros seres, del cristal, del sol, etc. Buscan su fuerza y capacidades fuera y no adentro. La oscuridad que han construido no deja ver más allá de su odio y violencia. Han creado un ruido molesto permanente y una imagen de sí que es repelente a lo largo de toda la historia. Son personajes duros como las paredes del castillo donde viven; son la misma cosa.
El protagonista parecido a un duende, inicia un camino de autodescubrimiento, para reconstruir el cristal, su ser, buscar ese cristal: la Conciencia, y en ese recorrido conoce a Ogra, una especie de hechicera sabía que conoce el camino, la astrología y le muestra un fragmento del cristal. También conoce a su parte femenina, la duende de su misma etnia que lo acompaña en el trayecto hacia la conciencia integrada.
La idea principal de esta película gira en torno a la gran conjunción, donde los tres soles se alinean, y que podemos interpretar como la integración de las tres esferas, los tres componentes del ser: mente, espíritu y alma en una sola conciencia integrada; la reconstrucción de los fragmentos del cristal en uno solo, un todo integrado del que todos formamos parte sin separación. Los místicos y los buitres se integran, son la misma cosa. Volvemos a la unidad original.
Destaco varias frases en boca de la sabia hechicera que me gustaron:
“Todo lo que está en los cielos está aquí.”
“fin, comienzo, es lo mismo.”
“hay mucho que aprender, no te queda tiempo.”
por Jose Ma | Feb 10, 2024 | autoconocimiento, películas
En un contexto de crisis económica del país y de crisis existencial de gran parte de la población, tiene lugar un proceso de muerte y renacimiento, de terminar y comenzar, cerrar y abrir puertas a nivel global e individual en aspectos sociales, económicos, culturales, psicológicos, existenciales, etc.; una segunda oportunidad para poder galopar de nuevo por la vida como Seabiscuit hace en la pista de carreras. Es una carrera dentro de la vida en el circuito que vamos trazando con nuestras decisiones y donde nuestros rivales son nuestras propias inseguridades, temores, estados negativos, identificaciones, juicios, etc.
Termina una carrera, una experiencia y otra comienza donde podemos aprender de los errores de la anterior, si nos observamos desde otro nivel de conciencia.
En estas situaciones difíciles tenemos la posibilidad de una mirada interior para crecer desde dentro, buscar nuestros recursos escondidos, para descubrirnos a nosotros mismos con la ayuda de personas que vivieron circunstancias y estados similares, ya participaron en esas carreras, situaciones de la vida y obtuvieron buenos resultados a través de sus propios esfuerzos y trabajo.
Un entrenador: el maestro. Un jinete: la personalidad. Un caballo: la esencia. El hipódromo: la vida.
Todos tenemos una vida que sanar, de las heridas del pasado y buscar nuestro sitio en este mundo, igual que Seabiscuit hace en las carreras buscando el lugar donde situarse, hacer su hueco entre los otros caballos para seguir su camino hacia la meta.
El entrenador (maestro) le dice al jinete (personalidad): “siente el caballo (esencia), él te dirá cuando está preparado”, para seguir el mejor camino hacia la meta.
En cada carrera hay una lección por aprender, una enseñanza por descubrir. Cada día es una carrera, una experiencia que nos brinda la vida para poder observarnos en como la vivimos.
Seabiscuit es como un reflejo de la parte esencial de los personajes, un espejo donde cada uno de ellos puede ver su interioridad no manifestada, como su voz interior que permanece en silencio, pero que al verla fuera, abrimos los ojos, somos conscientes de los valores internos que llevamos dentro, como la libertad, la comprensión, la transformación, armonía, fuerza, voluntad, confianza, etc. Todos ven en Seabiscuit a su verdadero yo interior; la esencia, ese caballo renacido, como el ave fénix, que surge de sus propias cenizas, de sus propios escombros.
Hay unos comentarios del entrenador referente al caballo, que resume en parte el estado psicológico donde nos encontramos:
“está tan marcado que cuesta saber como es”.
“me da la impresión que la han hecho correr en círculos tantas veces que se le ha olvidado que es y para que nació”. “necesita ser un caballo de nuevo”.
El caballo se durmió, olvidó lo que era, pero puede despertar, ser un caballo diferente, con un nuevo entrenamiento. Podemos ser una nueva persona con un nuevo conocimiento, con una segunda educación, como enseña el trabajo de Cuarto Camino.
por Jose Ma | Feb 3, 2024 | autoconocimiento, películas
Lo que a primera vista parece una búsqueda de respuestas existenciales a través de la investigación de vida inteligente más allá del sistema solar, parece llevarnos a descubrir nuestro universo interior. Encontrar dentro de nosotros la esencia de todo lo que da forma al cosmos.
El universo, como las personas tiene una parte visible, externa, perceptible con nuestros sentidos como un envoltorio tangible que se puede mesurar con los aparatos de medición creados por el hombre, pero hay también otra parte que no se puede explicar a nivel físico, orgánico, está a otro nivel; es la parte energética, psicológica y esencial, como la parte espiritual del hombre y el universo.
Eli, la protagonista como científica necesita probarlo todo para darle credibilidad, para ella sólo existe lo tangible con los sentidos. Necesita hacer un viaje muy largo a través del universo para darse cuenta que el viaje más largo es interior, es el que va desde nuestra mente a nuestro corazón. Es un viaje por nuestra psicología para descubrir dentro nuestro, esa parte del universo invisible a nuestros órganos sensoriales. Nuestro aparato de medición interno, nuestro yo observante, como parte de la conciencia nos puede guiar a través de la comprensión hasta esa estrella Vega, nuestra esencia o nuestra alma, a otro nivel de conciencia.
Las impresiones externas captadas por nuestros sentidos alimentan nuestra personalidad y sirven como alimento a nuestra esencia tras la comprensión de la experiencia. Es la percepción o digestión en nosotros de aquello que conocemos y pasa como alimento a nuestra psicología, a nuestra esencia, a todos los niveles de nuestro ser.
Cuando Eli al final de la película inicia el viaje estelar en esta máquina construida, está sola frente a esta experiencia; es un proceso individual de autodescubrimiento, recordarse a sí misma para encontrar esas respuestas que intelectualmente no tenían explicación. Como que un nivel inferior de conciencia, no puede dar explicación a un nivel superior. Ha sido un viaje largo para encontrase a sí misma, su yo esencial oculto bajo los yoes sensoriales. Ha tenido un choque consciente que no puede explicar con los conocimientos de la vida mecánica.
Eli también busca su espacio y tiempo para reflexionar y meditar en los momentos de preocupación y duda, un lugar de silencio cerca de un gran desfiladero, apartada del ambiente tecnológico y más cerca de la naturaleza.
Palmer, el reverendo, es el lado más espiritual y emocional de los personajes y Eli como persona más intelectual que necesita pruebas de todo. El reverendo la pone a prueba y le dice: “¿amabas a tu padre?” y Eli responde: “sí y mucho”. Y Palmer le contesta: “Pruébalo”.
Y otra frase que me llamó la atención de Eli con un grupo de niños: “lo más importante, no dejen de buscar sus propias respuestas.” “el universo es un enorme lugar. Es más grande de lo que cualquiera de nosotros haya podido imaginar. Si somos sólo nosotros, que gran desperdicio de espacio, ¿no creen?”.