En esta búsqueda para encontrar a su hijo Nemo, tiene lugar un aprendizaje dentro de este océano que es la vida. En este caso le sucede, porque Marlin no es consciente que el estado de miedo gobierna su vida.

Marlin, el padre de Nemo tiene que hacer un viaje literal, cruzando el mar para buscar a su hijo, y otro viaje psicológico para superar sus miedos. Es como si su esencia en forma de su hijo Nemo atrajera ciertos eventos y personajes para que Marlin pueda hacer experiencia del no miedo, de poder creer que si puede. Que mayor oportunidad de poder demostrar su valor y posibilidades, que llenar este viaje de situaciones incómodas para su máquina, donde va a tener que trabajar el miedo y confiar en sus acompañantes para esta aventura. Su esencia, Nemo quiere enriquecerse, descubrir, experimentar, mientras que Marlin, como si fuera la parte más mecánica, la falsa personalidad, quiere seguir en su zona de confort, conformista, en su pequeña pecera dentro de ese inmenso océano. La vida, el océano, le va a dar materia prima en forma de conflictos, imprevistos, para que pueda construir un nuevo Marlin, un nuevo ser con una nueva personalidad, que pueda educar y hacer crecer a su esencia, a Nemo.

Marlin se va a ver reflejado en personajes totalmente opuestos a él, donde va a ver ese otro Marlin más decidido, más suelto, que siempre había estado con él, pero que el miedo había mantenido oculto.

Si la obra de teatro en esta vida se titula “El Miedo”, el guion, los escenarios y los personajes que me van a acompañar en la representación, van a mostrarme situaciones, escenas, donde ponerme a prueba y trabajar el miedo. Si tomo conciencia de que no lo necesito en mi vida, me va a servir como aprendizaje, pero si se repite y lo vivo dormido va a ser un camino muy largo lleno de sufrimiento.

En esta travesía aparece Dori, el pececito azul, extrovertida, espontánea, imprevisible, jovial y que como la parte anímica continuamente le recuerda que tiene que seguir nadando, experimentando, descubriendo, aprendiendo, nadar en la vida frente a las dificultades, como una forma de seguir trabajando, seguir una dirección y en el durante del camino, enriquecernos con las experiencias, las impresiones, el conocimiento que alimenta a la esencia para su crecimiento. Es como la parte más intuitiva, rebelde, exploradora que quiere guiar a Marlin por lugares desconocidos, ocultos a los ojos de la mecanicidad, es como un aflojarse, soltarse de una manera fija de pensar. Como en la escena dentro de la ballena cuando Dori le dice a Marlin que confíe en ella y siga su intuición, que se suelte, y se deje caer para luego subir por el chorro de agua y salir al mar. Dori le dice: “ahora tenemos que soltarnos, todo va a salir bien”.

Y para terminar me gustó este diálogo entre padre e hijo:

Marlin le dice a Nemo: “oye, sabes, conocí a una tortuga marina que tenía 150 años “.

Nemo: ¿150?

Marlin:  sí

Nemo: un día Pepe plancton dijo que sólo viven 100 años.

Marlin: ¿Pepe plancton?, ¿y tú crees que Pepe plancton sabe más que yo que me he cruzado el mar entero?.