comentario película: «PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO, INVIERNO…Y PRIMAVERA»

comentario película: «PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO, INVIERNO…Y PRIMAVERA»

Esta película, me pareció significar el viaje de nuestra esencia a través de las diferentes etapas de la vida de una persona: niñez, juventud, madurez y vejez y su equivalencia con las estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno. Un mismo ciclo, una rueda que gira sin principio ni final.

La primavera sería el niño, el alumno que empieza el camino de crecimiento interior y que termina su desarrollo como ser consciente en la vejez, el invierno.

La barca es el conocimiento, la enseñanza, el vehículo que nos lleva de la orilla de la vida mecánica, sensual, a la orilla del despertar,  donde está el templo, la Escuela donde el maestro como ser consciente nos guía sobre las aguas del sufrimiento. Una escuela donde se hace un trabajo sobre los tres centros a través de los ejercicios propuestos por el maestro.

Ese espacio de paz, ese templo sobre el lago, vive dentro de nosotros pero en nuestro actual estado de ser, no somos capaces de percibirlo.

Simbólicamente el hecho de cruzar la puerta, sin paredes a los lados es como un acto de recuerdo de sí, recordar una dirección, enfocar la atención en algo concreto, seguir unas reglas, una forma de mantenerse más despierto, como un pequeño ejercicio de observación de uno mismo que puede ser de gran ayuda para acrecentar la voluntad y comprensión en tareas más grandes.

Como hace el alumno cargando con la piedra de sus errores y malas decisiones, escalando la montaña de la vida, cada uno de nosotros arrastramos nuestra propia carga que aceptamos como algo natural, pero que si tomamos consciencia, no es nuestra verdadera naturaleza. Si alcanzamos la cumbre (el despertar), tenemos una visión mucho más amplia y objetiva, salimos de la identificación, como en la película vemos el lago (el sufrimiento) de lejos como algo lejano que ya no me pertenece ni necesito.

La letras que el maestro escribe sobre la madera del templo, si tomamos el templo como nosotros, como nuestro ser, el alumno al vaciar con el cuchillo cada palabra escrita, es como si lo grabara en su interior, en lo más profundo de su ser, como una manera  de integrarlo para que lleve a una transformación.