YOES
AUTOR: G. I. Gurdjieff.
«PERSPECTIVAS DESDE EL MUNDO REAL» pag 42
El hombre es un ser plural. Cuando hablamos de nosotros mismos ordinariamente, hablamos de «yo». Decimos «yo hice esto», «yo pienso esto», «yo quiero hacer esto», pero todo esto es un error.
No hay tal «yo», o más bien hay cientos, miles de pequeños «yoes» en cada uno de nosotros. Estamos divididos interiormente, pero no podemos reconocer la pluralidad de nuestro ser, sino a través de la observación y del estudio. En cierto momento es un «yo» el que actúa, al momento siguiente es otro «yo». No funcionamos armoniosamente debido a que nuestros «yoes» son contradictorios.
Ordinariamente vivimos con sólo una parte mínima de nuestras funciones y de nuestra fuerza, porque no reconocemos que somos máquinas, y no conocemos la naturaleza y funcionamiento de nuestro mecanismo. Somos máquinas. Las circunstancias externas nos gobiernan enteramente. Todas nuestras acciones siguen la línea de menor resistencia ante la presión de circunstancias exteriores. Traten por sí mismos: ¿Pueden controlar sus emociones? No. Pueden tratar de suprimirlas o sustituir una emoción por otra, pero no pueden controlarlas. Ellas los controlan a ustedes. O ustedes pueden decidir hacer algo; su «yo» intelectual puede tomar tal decisión.
Pero cuando ‘llega el momento de llevarlo a cabo, pueden encontrarse haciendo exactamente lo contrario. Si las circunstancias son favorables a su decisión, quizá la lleven a cabo, pero si son desfavorables, ustedes harán todo lo que ellas les indiquen. Ustedes no controlan sus acciones.
Ustedes son máquinas y las circunstancias exteriores gobiernan sus acciones sin tomar en cuenta sus deseos.
No digo que nadie pueda controlar sus acciones. Digo que ustedes no pueden, porque están divididos. Existen dos partes dentro de ustedes, una parte fuerte y una débil. Si su fuerza crece, su debilidad crecerá también y se convertirá en una fuerza negativa, a menos que ustedes aprendan a detenerla.
Si aprendiéramos a controlar nuestras acciones, eso sería otra cosa. Cuando se ha alcanzado cierto nivel de ser, podemos realmente controlar cada parte nuestra; pero, tal como somos ahora, ni siquiera podemos hacer lo que decidimos.