Una de las ideas principales que plantea esta película es que con esfuerzo se obtienen resultados y que el conocimiento por sí solo no equivale a sabiduría, hay que hacer este conocimiento en uno, es decir llevarlo a la práctica, hacerlo experiencia, que no quede sólo en teoría.
La gasolinera es el contexto donde se desarrollan los conocimientos de escuela, donde se aprende el conocimiento que luego llevamos a la vida; aprovechar lo que se aprende en el entrenamiento como guerrero, para llevarlo a la vida, entrenarse en la vida. El instructor (el operario de la gasolinera), llena el depósito de nuestra mente con un nuevo combustible (nuevas ideas, enseñanzas, conocimiento), para que nuestro vehículo (nosotros) tengamos un camino (vida) más consciente, experimentando el viaje en la dirección del despertar, pero para ello hemos de tener nuestro depósito interior vacío del viejo combustible (identificaciones, emociones negativas, yoes recurrentes, charla interior, etc). La gasolinera es la Escuela para este propósito.
Aquí el instructor propone sacar todo lo que no se necesita de la cabeza y de nuestra vida, como indica el trabajo abandonar todo aquello que no es bueno para nuestro crecimiento interior. Bajo esa construcción artificial que ha dado forma a nuestra vida, se encuentra nuestra verdadera naturaleza, lo que realmente somos.
La persona consciente puede expresarse en cualquier ámbito, la comprensión la puede llevar a cualquier situación. Cuando la comprensión está en uno, está en todo lo que hace, piensa y siente, y se refleja en todos los eventos de su vida.
La persona consciente (Nick Nolte), le propone al alumno, dejar ciertos hábitos tóxicos, la basura en su vida y adquirir nuevos hábitos con ejercicios nuevos, para ordenar su vida.
El escenario donde se desarrollan los eventos, puede ser diferente en cada persona, pero el estado, la actitud como lo encaramos es lo importante.
Me sedujeron varias frases como: “todo en la vida tiene un propósito y depende de ti descubrirlo”,
“ser guerrero no es ser perfecto”.
La conciencia se expresa a través de todo lo que nos rodea y vamos juntando pedazos de conciencia de nuestras experiencias en las relaciones con otras personas y nuestro entorno.
No hay límites para la conciencia, el límite esta en nuestra mecanicidad, en nuestra falsa personalidad.
El viaje, (el durante), con todo lo que hay, es lo que da el valor a la meta: la meta es el viaje.
Un compañero del protagonista pensando en las olimpiadas, decía muy preocupado, ‘nos jugamos el oro” y pensaba que el oro ya lo tenemos en este mismo instante, en el ahora. Somos oro, pero está tapado, oculto bajo una capa de artificios y falsa personalidad. Lo real en nosotros no podemos verlo tal y como estamos dormidos. Buscamos el oro fuera y quedamos atrapados en el mundo sensual de los sentidos.