por emma | Mar 27, 2021 | Nicoll
AUTOR: MAURICE NICOLL. Great Amwell House, 8 de febrero de 1949.
El Rayo de Creación se fundamenta en la idea que todo es parte de alguna otra cosa. Por ejemplo, la Tierra es parte del Mundo Planetario que a su vez es parte del Sistema Solar. Una de las ideas que tienen cabida aquí es que la parte está bajo más leyes que el todo. Nuestro Sistema Solar es una parte de nuestra Galaxia y nuestra Galaxia es una parte de todas las Galaxias posibles. Su meñique es una parte de su mano y es parte eventualmente de su cuerpo como un todo, pero su meñique está bajo más leyes que su cuerpo. No puede actuar por si mismo, sino sólo en conjunción con su mano y nuevamente en conjunción con su brazo, y así sucesivamente.
Ahora bien, una de las ideas fundamentales de la enseñanza esotérica es que el Hombre es (o debería ser) un pequeño mundo o Microcosmos que de algún modo es una representación del gran mundo o Macrocosmos. Nos cabe ver sin mucho discutirlo que el Macro-cosmos visible —a saber, el Universo visible— está compuesto de partes que están dentro de partes, y nada cuesta comprender que pueden formar una vasta unidad que está más allá de nuestra comprensión. Desde este punto de vista, la inteligencia sólo debe dar un paso para comprender que el Rayo de Creación puede representar niveles inferior y superiores. Nos domos cuenta que el Sol debe estar de algún modo en un nivel mis elevado que la Tierra o la Luna, y así sucesivamente. Por lo tanto cabe aprehender que si consideramos que el Rayo de Creación es una Escala de Ser, el ser del Sol es más grande que el Ser de la Tierra o de la Luna, digamos. Todos conocemos a personas que son más grandes que nosotros. Algunas de estas personas aparecieron históricamente: Cristo, Buda, y muchas otras. Esos Seres son considerados en relación con nosotros.
Si hacemos la pregunta: «¿Es el hombre en la Tierra un Hombre Consciente?» hemos de decir evidentemente que hubo en la Tierra hombres conscientes cuyo efecto fue enorme sobre el desarrollo de la cultura. Pero ya que los Seres al nivel del Sol dieron origen a la Octava Lateral con el propósito de transmitir fuerza por medio del sufrimiento más allá de un punto Mi-Fa donde existe cierta discontinuidad o brecha en las vibraciones, y donde, por así decir, se necesita un amplificador, cabe comprender que la Humanidad Consciente no vive necesariamente en esta Tierra en forma física pero que sus influencias pueden llegar a esta Tierra. En el pasado siempre se relataron leyendas acerca de la llegada a la Tierra de superhombres que enseñaron al hombre la agricultura, las artes y los otros menesteres propios de la civilización. Entonces nuestra pregunta se refiere a si el Hombre Consciente está en la Tierra, a lo cual contestaría yo: Sí y No. Una persona puede recibir la influencia del Círculo Consciente de la Humanidad si desarrolla suficientemente su ser. Está bajo las influencias C que, como es sabido, son sembradas en la Tierra conscientemente pero se deforman tan rápidamente que se convierten en influencias B.
Luego, finalmente, en lo que respecta a la cuestión: «¿Por qué el Hombre Consciente no ayuda a la Humanidad?», las leyes del juego determinan que el Hombre fue creado como organismo auto-desarrollante y no puede ser obligado porque la Esencia no crece por compulsión. El Circulo de la Humanidad violenta, mecánica trata de producir efectos por medio de la compulsión. la policía, pero esto es imposible para el Círculo Consciente de la Humanidad. que sigue sembrando en la Tierra diversas formas de Literatura, Arte. etc.. para que el Hombre tenga la posibilidad de desarrollarse según su propia percepción y comprensión.
por emma | Nov 22, 2020 | Nicoll
AUTOR: Maurice Nicoll.
COMENTARIOS PSICOLÓGICOS SOBRE LAS ENSEÑANZAS DE GURDJIEFF Y OUSPENSKY. VOLUMEN V. 23 de mayo de 1953. Página 160
En la enseñanza esotérica siempre nos dicen que estamos en una prisión. Nadie ve la prisión. Para la mente sensual una prisión debe tener muros, cerrojos y barrotes. La prisión en la cual estamos no tiene ninguna de esas cosas. Está hecha principalmente de estados. En el Trabajo los estudiamos. Todas las emociones equivocadas nos mantienen en la prisión. Hay muchos grados de emociones negativas, del mismo modo que hay grados de Infierno. El cambio de las emociones no negativas a las negativas es tan definido como un cambio químico de una sustancia alcalina a una ácida. Eventualmente llegamos a conocerlo al darnos cuenta que estamos en una prisión. Las emociones negativas parecen mucho más inteligentes que las emociones no negativas. Parecen más fértiles, más interesantes, más ingeniosas. Esto es porque mienten. Como todos los mentirosos tratan de persuadirnos. El objeto de las emociones negativas no es sólo el de destruir la verdad sino el de dañar. Todo lo malo trata de dañar. Es extraordinariamente fácil dañar.
No es fácil saber cómo hacer el bien a los otros pero saber herirlos es mucho mas fácil. Hay un placer distinto en dañar. Consideremos el placer de la calumnia. En la raíz de las emociones negativas está la violencia. Hay grados de emociones negativas —tanto grados continuos como discontinuos—. Un estado negativo particular puede aumentar o disminuir; o puede llegar a ser más profundo y peligroso. En lo que respecta a las emociones negativas se necesita una disciplina. Debe empezar con la auto-observación. Es preciso saber y reconocer en qué momento se es negativo. La gente no lo hace.
Una disciplina nunca debe convertirse en un fin. Es un medio para llegar a un fin. La disciplina que tiene que ver con los estados negativos tiene como fin el gradual debilitamiento de su poder para encarcelarnos. Es parte de la técnica general del Trabajo que se refiere a escapar de la prisión. Es necesario hallar e inventar todos los métodos posibles para prevenir que los eventos recurrentes nos hagan negativos. No es cuestión de armadura sino de conocimiento de sí…
El Trabajo enseña que las emociones negativas gobiernan el mundo. Son extremadamente infecciosas. Un hombre puede hacer que mil personas se vuelvan negativas. Una persona negativa puede convertir una casa en un Infierno. Esta habilidad de afectar a los otros da a la persona negativa un sentido de poder. Es un poder maligno. Las emociones negativas parecen destruir todo sentido de humor en las personas…..
Gran parte de la vida es fingimiento y aun cuando lo sepamos, lo tomamos seriamente. Porque hay alguna fuerza invisible que nos ata y se mezcla con todo cuanto hacemos —como una cuerda que hubiéramos debido cortar con un cuchillo afilado hace mucho tiempo—. El Trabajo denomina identificar los efectos de esa cuerda no cortada. Estar identificado es la fuente de las emociones negativas….
Si siempre se recordara a sí mismo, nunca se identificaría, y si nunca se identificara nunca sería negativo. Esto significa simplemente que si viviéramos en el nivel del Tercer Estado de Conciencia nunca nos identificaríamos y nunca seríamos negativos. Pero el Hombre está dormido.
La gente vive en el Segundo Estado de Conciencia —el así llamado Estado de Vigilia— y no sabe que esta es la prisión dentro de la cual vive sin saberlo, quizá desconcertada por lo que sucede, pero sin ver la causa de todo lo que ocurre. Pensar acerca de la vida de esa manera activa según lo que enseña el Trabajo en lugar de hacerlo de la otra manera, nos hace ver que luchar fragmentariamente con ésta o aquella emoción negativa es lo mismo que tratar de leer un diario en un huracán.
En la atmósfera que rodea la tierra por encima de cierta altitud no hay tormentas. Ocurre lo mismo con nosotros. Si pudiéramos alcanzar la altitud de conciencia perteneciente al estado de Recuerdo de Sí, de Conciencia de Sí y de Percepción de Sí, se viajaría por encima de las inevitables y naturales tempestades que pertenecen al nivel inferior de conciencia….
Ser negativo es pecar contra el Trabajo. Es no dar en el Blanco. ¿Lo siente así? Puede, y por cierto debe hallar e inventar para usted mismo maneras de cercar con artificio las emociones negativas. Hallar algo que requiera una atención dirigida es una manera, si es capaz de hacerlo. Otra es rememorar y recordar y retroceder en el tiempo a similares ocasiones previas —a condición de tener una memoria-Trabajo basada en una genuina auto-observación y no la mera y acostumbrada memoria ilusoria y embustera—. Vigilar un estado es siempre útil —si se puede hacerlo sin unirse a dicho estado—.
Otra manera es ver lo que nos hizo negativos —si se puede hacerlo—. Esa clase de esfuerzos nos hacen más conscientes y esto siempre ayuda porque nos pone en las mejores partes de los centros, en lugares menos bajos en la ciudad interior de uno mismo. Es preciso sentir que se está equivocado si uno es negativo —sentirlo realmente— no porque nos lo dijeron sino porque se lo ve por sí mismo. Sin ese sentimiento todo lo que se hace es inútil y meretricio y artificial. El verdadero Camino para escapar a esto es el Recuerdo de Sí.
por emma | Ago 28, 2019 | Nicoll
AUTOR: Maurice Nicoll
Comentarios psicológicos volumen 1. Pág 50.
Como es sabido, en la experiencia religiosa como medio de transmitir la enseñanza de la humanidad consciente a la humanidad dormida, una de las causas del fracaso radica en que cada persona establece su propio dogma como si fuera la verdad absoluta, y así los hombres se persiguen, se desprecian, se matan en nombre de Dios. Lo hacen con todo fervor y alegan que obran así de acuerdo con su Conciencia. Pero esta Conciencia es Falsa o Mecánica y tiene su origen en la Personalidad. Esta Conciencia Falsa o Adquirida no se basa en la comprensión interior. Se vincula con la Falsa Personalidad y de este modo con el sentimiento de ser meritorio y por lo tanto con el sentimiento de tener razón y ser mejor que los otros, y considera a quienes tienen creencias religiosas diferentes como inferiores, malvados, despreciables o merecedores de la muerte.
La diferencia entre la Conciencia Verdadera y la Conciencia Mecánica o Falsa radica en que la Conciencia Verdadera es la misma en todos los hombres y habla el mismo idioma. La Conciencia Mecánica o Falsa es diferente en las personas diferentes, según su nacionalidad, educación, costumbres, formas de creencia, etc.
Si todos los hombres pudieran despertar, la Conciencia Verdadera hablaría en todos ellos y estarían de acuerdo unos con otros, porque hablaría de la misma manera a todos. La Conciencia Verdadera existe en todos los hombres pero está soterrada y fuera de su alcance. La Personalidad ha crecido sobre ella y de resultas de nuestros sentimientos, de nuestro sentido de nosotros mismos, se ha trasladado a la Personalidad. Por lo tanto «sentir todo simultáneamente» es imposible y por cierto sería inaguantable tal como somos. «Sentir todo simultáneamente» equivale a decir que somos uno. Pero la Personalidad está dividida en trocitos. La idea fundamental que es preciso aprehender acerca de la Personalidad es que ésta es múltiple. Por esta razón ahora se siente de una manera y luego de otra, pero separadamente y no al mismo tiempo y sin siquiera recordarlo, uno se comporta ahora en una forma y luego en otra. Y a todo ese cambiante calidoscopio dentro de uno mismo se le dice «Yo». Es decir, uno se imagina que es una persona. En tanto un hombre se tome a sí mismo como una persona nunca se moverá de donde está. Para despertar a la Conciencia es preciso que empiece a ver las contradicciones que están en sí mismo. Pero si trata de ver las contradicciones en sí mismo considerándose todo el tiempo como si fuera una persona no obtendrá ningún resultado. Será lo mismo que si creyera que todo cuanto ve enfrente de él es una parte de su cuerpo.
por emma | Sep 3, 2018 | Nicoll
AUTOR: MAURICE NICOLL
EL TIEMPO VIVO Y LA INTEGRACIÓN DE LA VIDA. pág 7
Este enorme mundo sensorio, con toda su algarabía, color y movimiento, y que fluye hacia nosotros por los canales siempre abiertos de la vista y del oído, es lo que abruma nuestra débil comprensión. Si logro darme cuenta de mi propia invisibilidad y por un momento logro también un nuevo sentido de mi propia existencia, al momento siguiente ya estoy perdido en los efectos de las cosas externas. Sólo percibo el bullicio de la calle y no puedo lograr de nuevo la experiencia. Y vuelvo otra vez a mi mente ‘natural’, que se siente llamada por todo lo perceptible y para la cual las pruebas que procuran los sentidos constituyen el principal fundamento de su criterio, de la verdad. Habiendo experimentado algo ‘interno’, me encuentro nuevamente en lo ‘externo’. Y aquella verdad que me fue demostrada directamente como verdad interna, no me la puedo demostrar a mi mismo con mi razón natural, a menos que lo haga como teoría o como una concepción.
Diría que todas las ideas que tienen el poder de modificarnos y de permitir que a nuestra vida penetren nuevos significados, son ideas que tratan acerca del aspecto invisible de las cosas. No se las puede demostrar directamente como tampoco se puede llegar a ellas tan sólo mediante el razonamiento, pues, siendo relativas a lo invisible de las cosas, no es posible acercarse a ellas mediante el razonamiento que hacemos de acuerdo, y en base, a la evidencia de los sentidos. Antes de poder llegar a la idea del Tiempo, que es el tema principal de este libro, y que puede entenderse únicamente apartándonos de las apariencias y pensando acerca del ‘mundo invisible’ desde el ángulo de las dimensiones, es preciso que hagamos algún esfuerzo a fin de captar nuestra propia invisibilidad. Pues creo que no podremos entender nada acerca del mundo ‘invisible’ si antes no captamos nuestra propia invisibilidad.
Esto exige cierta clase de esfuerzo, un esfuerzo similar al que se requiere para darse cuenta, en algún grado, de la invisibilidad esencial y de la incognoscibilidad de otra persona. En este sentido creo que jamás podremos darnos cuenta de la existencia de otra persona de un modo real y efectivo, a menos que, ante todo, nos demos cuenta de nuestra propia existencia. Darse cuenta de la propia existencia, como una experiencia real, es darse cuenta de la propia invisibilidad esencial.
El sentido que ordinariamente tenemos de nuestra propia existencia deriva de las cosas externas. Tratamos de presionar sobre el mundo visible, procuramos sentirnos a nosotros mismos en lo que yace fuera de nosotros: en el dinero, en las posesiones, en las ropas, en la situación. En una palabra, tratamos de salir fuera de nosotros. Sentimos que aquello de que carecemos se encuentra fuera de nosotros, en el mundo que nos muestran los órganos de los sentidos. Y es solamente natural que así sea, por cuanto el mundo de los sentidos es tan obvio. Pensamos en términos; de este mundo, por así decirlo, y pensamos hacia él. Nos parece que la solución de nuestras dificultades yace en el mundo exterior, en la adquisición o en el logro de algo, en recibir honores, etc. Lo que es más, ni siquiera accedemos fácilmente a apoyar una insinuación acerca de nuestra invisibilidad. Ni reflexionamos que a la vez de que estamos relacionados a un mundo obvio y a través de los sentidos, podemos, también, estar relacionados a otro mundo no tan obvio a través de la ‘comprensión’. Y este mundo es tan complejo y tan diverso como el que nos presentan los sentidos. Y también tiene muchos lugares deseables e indeseables.
Nuestros cuerpos se yerguen en el mundo visible. Están ubicados en el espacio de tres dimensiones, en el espacio accesible a los sentidos de la vista y el tacto. En sí mismos nuestros cuerpos son tris-dimensionales; tienen largura, altura y grosor. Son ‘sólidos’ en el espacio. Pero nosotros, en nosotros mismos, no estamos en este mundo de tres dimensiones.
Por ejemplo, nuestros pensamientos no son sólidos tridimensionales. Un pensamiento no se encuentra ni a la derecha ni a la izquierda de otro pensamiento. ¿Y no son acaso muy reales para nosotros? Si decimos que la realidad que existe en el mundo tridimensional, en el mundo exterior, es la única realidad, entonces preciso es que nuestros pensamientos y sentimientos, que están en nuestro mundo interior, sean irreales.
Nuestra vida interior, o sea nosotros mismos, no tiene ubicación alguna en el espacio perceptible por medio de los sentidos. Pero aun cuando el pensamiento, el sentimiento y la imaginación no ocupan lugar alguno en el espacio, podemos pensar acerca de ellos como si tuviesen un lugar en alguna otra clase de espacio. Un pensamiento sigue a otro en el tiempo que pasa. Un sentimiento dura cierto tiempo y luego desaparece. Si pensáramos acerca del tiempo como de una cuarta dimensión, o como una dimensión superior del espacio, nuestra vida interior nos parecería entonces relacionada a este espacio ‘superior’ o mundo con un mayor número de dimensiones que las accesibles a nuestros sentidos. Si concebimos un mundo de dimensiones superiores, podemos también considerar que no vivimos propiamente en el de sólo tres que tocamos y vemos, y en el que conocemos a otras personas, sino que tenemos un contacto más íntimo con una forma de existencia más dimensional y que comienza con el tiempo.
por emma | Ago 13, 2018 | Nicoll
AUTOR: MAURICE NICOLL
pág 148 del libro: COMENTARIOS PSICOLÓGICOS SOBRE LAS ENSEÑANZAS DE GURDJIEFF Y OUSPENSKY VOLUMEN I
Este Trabajo es psicológico. Consiste en hacer un número de esfuerzos psicológicos específicamente definidos para un fin particular. Así como todas las personas tienen un cuerpo asimismo tienen una psicología. El fin que se propone el Trabajo es elevar a una persona por encima de la base psicológica sobre la que descansa. Hablaremos ahora sobre este tema.
Tener un cuerpo es admitido por todos, y dicho cuerpo suele estar en buena o mala condición.
El cuerpo es un objeto de los sentidos y, como saben ustedes, nos inclinamos a aceptar sólo lo que los sentidos nos muestran como real. Pero también todos tenemos nuestra psicología. Esto no es admitido fácilmente por la gente porque no puede ver o tocar su psicología o la de otra persona por medio de los sentidos exteriores. Además por lo general una persona no admite de buena gana la posesión de una clase definida de psicología. Una clase definida de cuerpo, sí. De psicología, no. Admitirá que su cuerpo pueda estar en mal estado —pero no su psicología—. De resultas de ello ocurre muchas veces en el Trabajo que una persona no sabe dónde o en qué dirección hacer sus esfuerzos. Si el Trabajo consistiese en cierto número de ejercicios físicos, toda la gente sabría en qué dirección es preciso hacer los esfuerzos y si alguien realizara un ejercicio mal, se vería que lo hace mal y se lo corregiría. Entonces una persona se daría cuenta de su progreso por el número de ejercicios físicos que puede ejecutar correctamente, y de este modo sentiría también la satisfacción de superar a los otros.
Como ustedes saben, hay escuelas de enseñanza que sólo se ocupan del cuerpo. Son las escuelas que pertenecen al Primer Camino —el Camino del Hombre Número 1. Tienen como fin el control del cuerpo por el desarrollo de la voluntad sobre el cuerpo. El Faquir que se queda con los brazos extendidos por años y años es un ejemplo. Desarrolla la Voluntad para dominar el cuerpo. Pero esto por sí solo es inútil. En algunos casos esa persona puede entrar en una escuela donde imparten otra clase de enseñanza, le rompen los brazos si es posible y le enseñan a desarrollarse psicológicamente. Posee la voluntad capaz de dominar el cuerpo, pero carece de comprensión, y la voluntad sin comprensión es inútil y aun peor que inútil. Y tal hombre, por completo ignorante y estúpido, puede «cristalizar» por sus increíbles esfuerzos —es decir, nada puede ser cambiado en él y seguirá siendo permanentemente ignorante y estúpido, aunque sea aceptado o no por otra escuela.
Pero estos ejemplos nos muestran una cosa. Nos muestran hasta qué punto el esfuerza sobre sí es posible para los orientales y nos ayudan a comprender por qué la enseñanza esotérica siempre vino del Este. Ahora bien, la enseñanza que tratamos de comprender aquí no pertenece al Primer Camino, el Camino del Faquir, ni al Segundo Camino, que es el Camino del Monje, ni al Tercer Camino o Camino del Yogui. Se llama el Cuarto Camino, y mencionaré luego una de las grandes características del Cuarto Camino, pero antes diré que uno de sus objetos generales es el de unir la Sabiduría del Este con la Ciencia del Oeste.