Esta película refleja un sistema de poder autoritario, lleno de justificaciones, topes y contradicciones, como partes de una gran maquinaria y conectada a una red de máquinas unidas por interminables conductos, cables y conexiones que lo controlan todo. Es un sistema que no admite los errores propios, éstos son siempre externos, ajenos al círculo de poder. Aquí nada es lo que parece.

Sam vive inmerso en el sistema, atrapado, pero su puerta de escape es a través de los sueños, un mundo de fantasía, donde la conciencia le muestra la parte oculta de su ser, lo que verdaderamente es, pero que está escondida bajo una personalidad construida con las piezas del entorno. Un paisaje gris y oscuro que oculta su verdadera naturaleza.

El mismo día que vi la película, miré un programa de entrevistas que dirige Jesús Calleja, donde charla con personajes conocidos, en un contexto diferente, fuera del cotidiano vivir habitual, en países lejanos, haciendo actividades desconocidas para el entrevistado como fabricar pan y rodeados de personas originarias del país. En ese entorno y con otro estado interno, el personaje muestra otra versión de sí, como si se desnudara emocionalmente y compartiera de manera natural sus sentimientos más ocultos.

La conciencia muestra a Sam, a través de un ser más consciente (el fontanero clandestino Tuttle), como está formada su casa, su máquina,  ( el mismo),  todos los tubo y cables que lo conectan con la maquinaria del sistema, pero también le muestra que hay una parte anímica, rebelde,  jovial, extrovertida que escapa del control y la manipulación y no le gusta que le manden ( no le gusta el papeleo), como en las representaciones de sus sueños. En el sueño que se repite, la chica, la energía femenina está atrapada en la jaula, como símbolo de la parte anímica que quiere escapar de las cadenas de la falsa personalidad. Pero están los yoes de la máquina (los fontaneros del sistema) que hacen lo posible para mantenerlo atrapado. Son todos los tubos y cables que unen nuestra maquinaria psicológica y que nos mantienen atados al sistema con normas, leyes, reglas impuestas por otras máquinas y que normalmente aceptamos sin cuestionar.

A lo largo de la película se muestra un fuerte deseo de ocultar lo real  la esencia), bajo algo artificial ( la falsa personalidad), como los arreglos de cirugía estética, ocultar un atentado en el restaurante tras un biombo, los discursos de los gobernantes maquillando los errores, etc.

Hay un paralelismo entre el caos de tubos y conexiones que hay en su vivienda y el caos interno que está viviendo Sam. Al reflejarse en la parte femenina (la chica del sueño), Sam busca una chica  totalmente opuesta a él, rebelde, que le ayude a trabajar su pasividad, conformismo y sumisión, a sacarlo de su zona de seguridad.