Una de las ideas que nos enseña el Trabajo, es que en nuestro actual estado de sueño no tenemos un yo permanente, aunque imaginamos que sí lo tenemos. Muchos y diferentes yoes (muchos personajes) habitan nuestra casa psicológica y se creen dueños de ella. Estos piensan, sienten y actúan de forma mecánica y fragmentada. Van y vienen sin control y toman el mando de manera alternada. Nacen de nuestra educación, la sociedad, la familia, influencias astrológicas, tipología de eneagrama, modas, cultura del momento, etc…
Somos como el autobús que toman a diario muchas personas para desplazarse por la ciudad (la vida que tenemos). Se inicia el recorrido (nacemos) y comienza a recoger pasajeros (Yoes) en las diferentes paradas (eventos/sucesos).
La empresa de transporte (Aparato Formatorio) ya tiene definido un recorrido, hace la misma ruta una y otra vez, no tiene posibilidad de ruta nueva. Cada día los mismos pasajeros suben al autobús, los mismos yoes toman el control de nuestra psicología (en la vida ordinaria lo llamamos recurrencia, repetir una y otra vez los mismos errores y malas decisiones). El motor del bus (nuestra esencia) no puede expresar todo su potencial. Mecánicamente atrae los mismos eventos: retenciones, accidentes, huelgas, averías, etc.
Si tomamos Conciencia, mediante la Observación de Sí y el Recuerdo de Sí, de que esos yoes no somos nosotros, que los pasajeros no son dueños del autobús. Entonces, alguien puede tomar el control del autobús, con la posibilidad de cambiar la ruta y salir de esa ciudad (cambiar de vida). Entonces, la esencia, el motor del autobús, puede trabajar a todo rendimiento.