Aquí la conciencia, el ser, nos muestra nuestra parte inconsciente personificada en forma de diablo, el lado oscuro de nuestro ser, lo que no aceptamos de nosotros, lo oculto, secretos, capacidades desconocidas, lo misterioso, las tentaciones, etc., pero que puede revelarse y mostrarse, creando y atrayendo eventos y situaciones a nuestra vida, en la cotidianidad. Es nuestro demonio interior no visto, que puede hacer realidad nuestros deseos más ocultos, pero no sabemos que forma pueden tomar, porque no somos conscientes, nos sucede. Una sucesión de eventos, como muchas vidas dentro de una vida, que tomados externamente desde nuestra falsa personalidad no producen un cambio real en nosotros, el resultado siempre es el mismo, repetimos los mismos errores.
Para llegar a la meta (el amor de la chica), Elliot se acerca a través de la fragmentación, desde la parcialidad, yoes negativos, emociones negativas, desde el centro motriz como jugador de baloncesto, con el centro emocional como el novio hipersensible o con el centro intelectual como el escritor gay, pero en todos ellos haciendo un viaje largo de sufrimiento. Diferentes eventos para llegar al mismo estado de infelicidad. Normalmente tenemos la fantasía, que si cambiamos esto o aquello externo, nuestra vida va a cambiar por completo y vamos a ser más felices, pero como se recuerda a menudo, las condiciones que tenemos ahora son las mejores para despertar. Que lecciones aprendemos de cada experiencia que nos ayudan a crecer interiormente y de que nos hemos dado cuenta en nosotros. Si durante el camino hemos descubierto algo que hasta ahora no habíamos visto.
La chica (el diablo) le pregunta a Elliot: “¿qué has aprendido hasta ahora?”.
Nuestro ser nos evalúa constantemente, atrayendo personas y eventos donde compartir experiencias y donde reflejarnos diariamente y poder trabajar y aplicar el conocimiento adquirido. Lo difícil es darse cuenta en uno mismo del error recurrente; es más fácil verlo en los demás.
Cuando Elliot toma conciencia de la consideración interna, se disuelve el problema y puede seguir avanzando en la octava, puede pasar de Mi a Fa, aunque luego no consigue pasar de Si a Do, cuando la chica de sus sueños le dice que está comprometida. Pero como ha adquirido comprensión de los errores pasados, ha crecido internamente, su Ser le lleva a conocer a otra chica muy similar.
Elliot ha necesitado un viaje muy largo a su lado oscuro para escarbar y poder dejar al descubierto todo aquello que ya no necesita para construir una nueva vida, los escombros inconscientes como la consideración interna, la vanidad, el orgullo, las emociones negativas etc., y dejar espacio para que lo esencial en él se exprese. Elliot ya tiene dentro los ingredientes necesarios para ser feliz. Como decía un profesor de Budismo, solo hay que pasarle el trapo y sacarle brillo.
Me gustaron las frases: no importa lo lejos que llegues en la vida, sino como lo consigues”, “el cielo y el infierno están aquí en la tierra”, no están muy lejos, en cada uno de nosotros.