Planeta libre refleja una sociedad evolucionada, donde los individuos desde que nacen hacen un trabajo interior con la ayuda de los adultos experimentados, como en una Escuela de autoconocimiento, con ejercicios motrices, emocionales y mentales, en los tres centros. Gente despierta que vive en total armonía consigo misma y su entorno. El equilibrio interior está en todas las manifestaciones externas. Es la expresión de nuestra parte esencial, haciendo todo más simple e integrado.
Simbólicamente el planeta libre podemos tomarlo como una analogía de un estado interior que vive dentro de nosotros aquí y ahora, el estado de conciencia objetiva, desde donde todas las cosas se pueden ver tal cual son, con una mirada limpia de animosidades, sin ideas preconcebidas, sin topes ni contradicciones, una mirada sincera, la del niño interior que vive en nosotros, nuestra esencia.
El viaje que hace Mila a la tierra para descubrir su origen es el que hace la esencia en nuestra propia vida para adquirir conocimiento y experiencia, de salir a la luz, asomar la cabeza, como decimos en el trabajo, volverse activa para tener una vida más despierta.
Mila en su estancia en París, como Jesús en Jerusalén, despiertan conciencias a su paso, mostrándonos la contaminación interior que llevamos dentro, y en nuestras vidas; esclavos de nuestras acciones mecánicas, inconscientes de lo real que hay tras nuestra falsa personalidad. Parece como si esa misma contaminación interna de cada uno de nosotros se reflejara externamente en la alimentación, la polución ambiental, el agua tratada con químicos, etc. El nivel de ser atrae la vida.
Cuando Mila está en la fuente se pregunta “¿Qué le han echado al agua? Igual pasa con las personas que se va encontrando por el camino ¿qué agregados, que componentes artificiales, falsos, han adquirido en su paso por la vida? Como el agua de la fuente, su estado original ha sido modificado, su pureza está oculta.
Necesitamos un conocimiento para hacer experiencia en un nuevo entorno, una nueva cultura, otro país, ciudad, etc., aunque estemos despiertos, como cuando Mila tiene que conocer el funcionamiento de la bañera, el dinero, los edificios, el pintalabios, el lenguaje, etc. Un equilibrio entre ser y saber.
Cuando la esposa del doctor llega a su casa y la encuentra llena de gente y se siente bien, cómoda, integrada, me pareció una analogía de nuestra propia casa psicológica cuando recibe nuevas impresiones, alimentos, que enriquecen nuestro crecimiento.