La primera impresión que tuve es que la historia que explica esta película es como un fragmento de muchas otras películas que hemos trabajado y que aquí se integran dando significado al estado actual de nuestro ser y a otro nivel, el estado del mundo donde vivimos. Es la misma fragmentación que hay en los recuerdos que tiene el protagonista cuando empieza a descubrir que nada de lo que hasta ahora tomaba como real lo era.

Cuando despertamos como el protagonista, desnudos de impresiones, y empezamos a ver la realidad de las cosas y de nosotros mismos, somos como un libro en blanco que vamos completando con nuevas experiencias. Nos movemos como la rata que aparece al principio, dentro de un laberinto, intentando encontrar el camino que nos saque de esta virtualidad creada para mantenernos dormidos dentro de la Matrix o sistema de control.

La búsqueda de Shell Beach como metáfora de la búsqueda de nuestro origen, nuestra verdadera naturaleza, es el camino de recordarse quien somos en realidad más allá de las apariencias que nos imponen estos seres, que quieren hacernos creer que todo son tinieblas y oscuridad, tanto en nosotros, como en el mundo que nos rodea.

Cuando el protagonista John Murdoch explica a uno de estos seres de otro mundo que para descubrir lo que verdaderamente nos hace humanos, no está en nuestra mente y en nuestros recuerdos y que están buscando en el lugar equivocado, me hizo recordar una escena de Indiana Jones cuando los nazis buscando el arca de la alianza, por ignorancia, estaban escarbando en el desierto en un lugar equivocado, mientras que Indiana Jones, con otro conocimiento, más despierto supo dar con la flecha en el blanco y encontrar con exactitud donde tenía que sacar la arena que ocultaba el arca. La arena que oculta nuestra verdadera naturaleza humana.

Si tomamos toda esta historia como nuestro ser, la policía podría ser la parte formatoria del intelecto buscando dentro de la vida mecánica respuestas que van más allá de su comprensión, que están a otro nivel.

Murdoch sería la esencia en busca de una personalidad, de un traje psicológico para poder hacer experiencia.

El doctor, el psiquiatra hace la función de maestro o guía, conoce la verdad y lleva a Murdoch hasta Shell Beach, el océano, la conciencia.

Los seres extraterrestres serían la parte inconsciente, lo que desconocemos, que mueven los hilos entre bastidores creando realidades que escapan a nuestra comprensión cuando estamos dormidos. Son invisibles a los ojos de la mecanicidad porque tenemos nuestro ojo interior tapado por recuerdos implantados que no son nuestros, como cuando los múltiples yoes ocultan nuestro yo real.  Sólo vemos lo que ellos quieren que veamos para poder sostener esta estructura irreal.

Estos seres nos mueven como títeres con hilos invisibles en eventos con un guion establecido de antemano. Al romperse estos hilos y querer movernos por nosotros mismos necesitamos un nuevo entrenamiento y aprendizaje para volver a recordar los movimientos como cuando éramos libres. Volver a conocer lo que somos capaces de hacer con nuestro cuerpo y nuestras funciones.  Nos hace falta un nuevo manual de instrucciones del funcionamiento de nuestra nueva máquina.  Este manual es el trabajo de Escuela para el crecimiento interior, para despertar nuestro ser.

Estas entidades extraterrestres nos hacen creer que sólo los recuerdos implantados y manipulados son nuestra verdadera naturaleza. Así, somos manejados como las ovejas del rebaño y así la vida hace en nosotros.  Nacemos, vivimos y morimos dentro del corral como alimento para los dueños de la granja (los seres extraterrestres).

Si somos libres podemos crear y hacer, construir una vida consciente. Si transformarnos nuestra ciudad interior gris y oscura en una ciudad luminosa descubriremos al verdadero John Murdoch que hay en nosotros.

Al romper las paredes de este engaño psicológico, de esta ciudad falsa y artificial que vive en nuestro interior, tenemos la posibilidad de crear una nueva ciudad real, una nueva manera de pensar, donde vivir y hacer experiencia, con nuevos habitantes, nuevos yoes que valoran el trabajo interior y que colaboran en la construcción de los nuevos espacios y edificios de esta ciudad, de nuestro ser. Los viejos yoes que no quieren el trabajo, estos seres de otro mundo, ya no tienen cabida.

Hay diálogos que resonaron en mi interior:

“imaginemos una vida diferente a la suya en la que sus recuerdos no son sólo suyos, si no que los comparte con todo los de su especie. Imagínese lo tormentoso que sería no tener ninguna experiencia que sea solo suya.”

“pero si descubriera algo diferente, algo mejor.”

Aquí resume en parte el estado actual de la mayoría de nosotros bajo la Matrix.

Un comentario del doctor como maestro hablando con John Murdoch:

“tú nunca fuiste niño, no en este lugar.”

“toda tu historia es una ilusión, una invención, igual que los demás.”

El inspector pregunta al doctor de donde venimos:

“no recuerdo, nadie recuerda lo que fuimos, lo que pudimos haber sido, en otro lugar.”

Esto se refiere a estar en otro nivel de conciencia, un nivel más elevado de ser.