El caballero verde me pareció la versión más evolucionada del protagonista: el caballero Gawain, creada a través de su propia esencia, personificada en la figura de su madre, la hechicera, hermana del rey y que aparece con el propósito de iniciar una transformación en la vida de su hijo, en su actitud, en su forma de pensar. Quizás por eso toma como simbología recurrente el hecho de cortar la cabeza, cortar con la vieja manera de pensar. El hacha como instrumento, como simbología del conocimiento, de la enseñanza, que su yo más despierto le deja para que lo acompañe en el camino. El caballero verde después de sacrificar su propia cabeza, le muestra que es posible un cambio de mentalidad; pero primero hay que abandonar lo que ya no es necesario, cortar las cadenas que nos tienen amarrados a la vieja psicología

Hasta llegar al encuentro con su yo más despierto, su cita en la capilla con el caballero verde, tiene que hacer un viaje de autoconocimiento en el que empieza a desprenderse de los artificios de la vida, de lo falso que lleva incorporado. Sale del Castillo como lugar representativo de la vida mecánica, con todo el equipaje material acumulado hasta ahora, armadura, espada, caballo, dinero, etc., y también todo el equipaje mental y emocional, pero durante el recorrido va perdiendo de manera mecánica, inconsciente parte del equipamiento psicológico y material del pasado; le suceden situaciones donde va soltando lastre, empieza a conectar más con su interioridad, con sus emociones ocultas. Su armadura psicológica va cambiando.

Todo se inicia el día de Navidad como un día arquetípico de un nuevo comienzo en la humanidad con el nacimiento de Cristo y que es un nuevo comienzo en la vida del protagonista, como si fuera un inicio en su revolución solar. Tiene un año para prepararse, pero no aprovecha la oportunidad.

Hay personajes y animales como el zorro que parecen representar los yoes que no quieren cambiar y que hacen lo posible para que todo siga como hasta ahora.

En el último instante, justo antes de sacrificar su cabeza, su vieja personalidad, no puede dar el paso, el cinturón embrujado que le habían regalado como protección, sus yoes más mecánicos no permiten el cambio, quieren que todo siga igual, pero el caballero, el protagonista se recuerda a sí mismo, y ve cómo sería su vida tal cual es ahora, muerto en vida y se despoja del cinturón que lo ataba a su vieja psicología. Y se dice a sí mismo y a su yo más esencial: “ya estoy listo”. Ahora el nuevo vino puede ser vertido en nuevos odres. El nuevo conocimiento puede llevar a un cambio de ser.